Volverás a tener un primer día en la oficina, solo que ahora habrá un chequeo de temperatura a la...
Te contamos todo sobre la fatiga por Zoom
La nueva normalidad nos ha obligado a adaptarnos a una manera diferente de impartir y/o tomar clases, ser parte de un evento o acudir a las juntas semanales del trabajo; sin embargo, a pesar de que tecnológicamente hemos podido estar conectados a la distancia a través de cualquier dispositivo electrónico, esta transición ha tenido sus bemoles, uno de ellos, llamado la fatiga por Zoom.
La llamada fatiga Zoom o fatiga por Zoom se define como un estado de hastío, cansancio y aburrimiento que puede sentir un usuario al atender múltiples juntas, clases o eventos en línea durante el día. Los efectos causados por esta fatiga pueden ser perjudiciales para un ambiente didáctico, en especial si se presentan frecuentemente.
Y aunque estamos agradecidos de que Zoom nos mantenga conectados mientras nos refugiamos en el hogar, también sabemos que tiene sus inconvenientes. Pero ¿por qué el video chat es tan agotador?
Demasiado contacto visual
En una reunión de video, tanto el número de personas que te miran como el tamaño de las caras en la pantalla no son naturales. En una reunión cara a cara no harías tanto contacto visual con tus compañeros, pero en una reunión de Zoom, todos se miran constantemente. No solo eso, sino que el tamaño de sus caras da la impresión de estar muy cerca de ellos; situación que es interpretada por nuestros cerebros como un escenario intenso. Esto, combinado con la sensación de ser observado constantemente, es una gran fuente de fatiga por Zoom.
Carga cognitiva
La carga cognitiva se refiere a la cantidad de pensamiento que tenemos que poner en una tarea. Una conversación es algo que generalmente es natural para los humanos, pero con Zoom en medio, requiere un esfuerzo más consciente. Esto se debe a que normalmente confiamos en señales no verbales; pero, cuando solo podemos ver las cabezas de los demás, tenemos que exagerar nuestras expresiones faciales para asegurarnos de que nos entiendan y hacer un esfuerzo mayor para entender el lenguaje corporal de los demás. Por ejemplo, si alguien mira algo fuera de la pantalla, no conocemos el contexto y, por lo tanto, no entendemos por qué están distraídos.
Movilidad reducida
Una buena etiqueta de videoconferencia dicta que permanezcamos claramente visibles durante toda la reunión. Esto requiere permanecer quieto durante períodos de tiempo anormalmente largos, contrario a las reuniones en persona, donde es posible moverse libremente sin perder la pista de la conversación. De hecho, hay investigaciones que muestran que las personas son más creativas y se comunican mejor cuando se mueven, incluso en una llamada de audio, los movimientos no están restringidos, se pueden hacer otras cosas sin perder el hilo de la conversación. Al restringirnos al marco de las pantallas de nuestra computadora, también limitamos nuestra capacidad de pensar y hablar libremente.
Espejo todo el día
Imagina caminar todo el día con un espejo frente a tu cara que te permita ver todo lo que haces. Parecería absurdo y antinatural. Sin embargo, eso es exactamente lo que Zoom nos hace. Algunas personas pueden encontrar útil evaluarse a sí mismas de esta manera. Pero para otros, el estrés psicológico que causa puede tener consecuencias negativas para su estado físico y salud mental.
¿Cómo podemos reducir la fatiga por Zoom y sus secuelas?
No hay duda de que el trabajo remoto ha representado múltiples ventajas: la ausencia de desplazamientos a la oficina, flexibilidad para realizar las tareas del hogar y fácil acceso a conferencias para todos los trabajadores, incluidos los que tienen discapacidades.
El teletrabajo incluso ha permitido realizar labores críticas relacionadas con la pandemia; sin embargo, muchas personas reconocen que las videollamadas los han hecho sentirse atrapados y han aumentado notablemente sus niveles de estrés, sobre todo para el sector laboral femenino.
Una encuesta aplicada a más de 10,000 personas, por Géraldine Fauville, experta en realidad virtual y comunicación en la Universidad de Gotemburgo, Suecia, arrojó que las mujeres han experimentado en promedio aproximadamente un 13.8% más de fatiga por Zoom que los hombres; de acuerdo con este estudio, los días largos y llenos de teleconferencias y con pocos descansos eran los causantes.
A medida que avanzamos lentamente hacia el mundo posterior a la pandemia, es probable que las reuniones de Zoom continúen siendo una forma frecuente de comunicación. Debido a esto, debes asegurarte de que Zoom funcione para ti y te ayude a ser más productivo. Quizás no puedas controlar el número de videoconferencias, pero sí puedes reducir el riesgo de fatiga por Zoom. Algunas estrategias que podrían funcionarte son:
Evita la multitarea
Puede ser tentador hacer otra cosa durante las reuniones de Zoom, pero es mejor resistir el impulso. La multitarea o multitasking quema energía mental adicional, lo que puede hacer que te sientas aún más agotado. Además, también resta productividad ya que afecta tu capacidad de concentración.
Para evitarlo, elimina distracciones como dispositivos móviles y redes sociales, y mantén las ventanas de tu navegador cerradas para reducir la tentación de realizar otras actividades.
Reducir los estímulos en la pantalla
Es fácil distraerse en las reuniones de Zoom, hay muchas cosas sucediendo en la pantalla: nos vemos a nosotros mismos, a nuestros colegas y lo que hay detrás de ellos. Estos detalles captan nuestra atención e inconscientemente los asimilamos, lo que representa una sobrecarga de información que estimula nuestros cerebros y consume energía mental.
Para reducir los estímulos en la pantalla mantén tu ventana de Zoom en la vista del altavoz; cierra todos los demás programas y ventanas del navegador, y reduce los estímulos para tus colegas con un fondo neutro.
Para evitar sobrecargar la programación de reuniones de Zoom, evalúa si es necesaria una videoconferencia; tal vez baste con realizar una llamada telefónica o enviar un correo electrónico. Y como regla de oro, evita tomar una videollamada fuera de la oficina o en un sitio público con demasiado ruido, ya que esto puede hacer que la situación sea aún más estresante y contraproducente.
Toma descansos cortos
Acuerda con tus compañeros apagar de vez en cuando el video, además, considera tomar un descanso de mínimo 10 minutos entre reuniones para relajar la vista, tu cuerpo y cerebro. Levantarte y moverte, así como ejercitar tus ojos mirando objetos a diferentes distancias son una buena opción.
Ocultar la autovista
Si lo deseas, usa la autovisión al comienzo de la llamada para asegurarte de que las personas puedan verte claramente, luego, apágalo. No es necesario que te veas a ti mismo todo el tiempo.
Date más espacio
Sentarse en un pequeño espacio frente a tu computadora todo el día puede ser agotador. Date más espacio usando auriculares inalámbricos, teclado y mouse. Esto te permitirá alejarte de la computadora mientras sigues participando en la reunión. Otra solución es usar una cámara web externa y colocarla más lejos de ti que tu pantalla. La distancia te hará sentir más como si estuvieras en una reunión cara a cara.
Afortunadamente en la actualidad ya es posible adoptar un enfoque híbrido; de tal manera que mientras unos asisten físicamente a las reuniones, otros se unen por video o por teléfono. Los nuevos hallazgos apuntan hacia nuevas soluciones para prevenir la fatiga por Zoom.